viernes, 6 de octubre de 2017

Roberto Esposito. Las personas y las cosas

Roberto Esposito

El dispositivo de la persona

"Lo que es sagrado, muy lejos de ser la persona,
es lo que en un ser humano resulta impersonal."
Simone Weil

La obra del filósofo italiano Roberto Esposito ha ganado, con justicia, un lugar cada vez más importante en la filosofía política contemporánea. Sus reflexiones en el campo de la biopolítica son acertadas y originales. En este taller de corta duración, nos proponemos trabajar sobre El dispositivo de la persona, uno de sus últimos libros traducidos al español.
             La categoría de “persona” no es simplemente un concepto filosófico, tanto la teología como el derecho la utilizan. Es la que permite distinguir y jerarquizar a los seres humanos según sean completamente personas o estén en camino de serlo o, peor para ellos, nunca puedan acceder a ese status. En la doctrina cristiana se argumenta la necesidad del gobierno del alma racional por sobre los excesos del cuerpo, imposición, control, dominio de nuestra animalidad. El derecho romano es el que ha estructurado de una forma más acabada esta relación de dominio. Hijos, esclavos, mujeres, eran algunos de los que quedaban fuera del dispositivo de la persona y, a su vez, ayudaban a constituirlo como tal. En la tradición filosófica liberal (John Locke), por ejemplo, la persona no es un cuerpo, sino que tiene un cuerpo, es decir que este sometimiento sigue funcionando al interior del propio hombre. Problematizar el concepto de “persona” es realizar la historia de un sometimiento y explorar a la vez algunas vías alternativas.
Roberto Esposito propone comenzar a transitar los caminos que nos conducirían hacia una filosofía de lo impersonal. Por supuesto, no está solo en esta dirección. Nietzsche y Freud fueron grandes deconstructores de esta filosofía de la persona. Pero fue una mujer, Simone Weil, la que a juicio de Esposito mejor supo ver y denunciar el problema principal de la cuestión personal. La indisoluble relación entre persona y posesión (y disposición de lo poseído) que está funcionando ya en el derecho romano. Explorar entonces el camino de una filosofía de lo impersonal implica sumergirse en los problemas que el cuerpo y la vida nos plantean, en lugar de pretender desde el dispositivo de la persona, poseer, dominar y utilizar esa vida. Esto es lo que Esposito plantea al hablar de una “biopolítica afirmativa”, una forma radicalmente distinta de pensar las relaciones entre vida y derecho.

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Ni persona ni cosa; para Esposito, el cuerpo humano se vuelve el elemento decisivo para repensar los conceptos y valores que rigen nuestro léxico filosófico, jurídico y político.

¿Cuál es la relación entre las personas y las cosas? ¿Y de qué modo el cuerpo transforma esta relación? Ya desde sus comienzos, nuestra civilización se ha basado en una distinción estricta entre personas y cosas, cuyo fundamento es la dominación de las personas sobre las cosas. Esta oposición de principio, que nace con el derecho romano y recorre la modernidad, llega hoy al mercado global, donde continúa generando contradicciones. Pero aunque la distinción nos siga pareciendo clara y necesaria, en la práctica jurídica, económica y tecnológica asistimos continuamente a una inversión de perspectivas: algunas categorías de personas están siendo asimiladas a las cosas, a la par que algunas clases de cosas van adquiriendo un perfil personal.


Para resolver esta antinomia, Roberto Esposito argumenta que existe una vía de escape, a partir de un nuevo punto de vista basado en el cuerpo. Ni persona ni cosa, el cuerpo humano se vuelve así el elemento decisivo para repensar los conceptos y valores que rigen nuestro léxico filosófico, jurídico y político.

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