domingo, 30 de marzo de 2014

Unidad 1 Mutaciones en el escenario cultural contemporáneo



UNIVERSIDAD DEL CINE
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
CARRERA: ARTES VISUALES
CATEDRA: PSICOLOGIA Y COMUNICACION

Unidad 1. El problema de la relación entre comunicación y psicología: una caracterización posible



MUTACIONES EN EL ESCENARIO CULTURAL CONTEMPORÁNEO: CUESTIONES PREVIAS PARA COMPRENDER SUS IMPLICANCIAS EN LOS PROCESOS DE SUBJETIVACIÓN (1)

                                                                                                  Oscar D. Amaya

No cesaremos de explorar, y el fin de nuestra
exploración será llegar donde empezamos,
y por primera vez, conocer el lugar
T.S. Eliot

Nuestro tiempo es un tiempo de nacimiento y de tránsito a un 
nuevo período. Conciencia plena del filósofo de lo que está 
viviendo. El espíritu –o sea la conciencia- ha roto con el 
mundo de su existencia y el mundo de ideas vigentes hasta 
aquí, y está en trances de hundirlo en el pasado, y anda 
entregado al trabajo de su transformación. La frivolidad 
y aburrimiento que desgarran lo existente, la añoranza 
indeterminada de algo desconocido, son los mensajeros 
de que algo nuevo se aproxima. Este gradual 
desmoronamiento queda interrumpido cuando un 
relámpago pinta de un golpe la imagen de un nuevo mundo.
G.W. Hegel




El proyecto moderno

La modernidad constituyó un nuevo horizonte de sentido que retomó y redimensionó ideales de la cultura griega y simultáneamente instauró nuevos,  emergiendo en contraposición y ruptura con la denominada Edad Media, es decir, la caída o certificación del agotamiento de la vieja representación del mundo, regida en forma predominante por el dominio teológico-religioso. En términos del filósofo Castoriadis (cf. “Poder, política, autonomía” en unidad II), la modernidad estableció un nuevo imaginario social (2) y es por ello que resulta relevante recorrer un amplio arco de escenarios que signaron a este período: el siglo de la ilustración, las revoluciones, el movimiento romántico, los ideales científicos positivistas del siglo XIX, el legado marxista en los estudios sociales del siglo XX y las vanguardias artísticas y políticas, entre otros.

Afirma el filósofo Casullo: “la modernidad sería una condición de la historia, que comienza a darse de manera conciente entre los pensadores, entre los actores de esta historia, en Europa, básicamente entre los siglos XVII y XVIII (...) donde se pensará el mundo y se polemizará entre ´lo antiguo´ y ´lo moderno´ (...) no sólo en el campo de los avatares sociales, industriales, técnicos, económicos, financieros, sino que aparece también como necesidad de nueva comprensión del mundo (...) de lo real, del sujeto y las cosas, del yo y la naturaleza, de las formas de conocer esa naturaleza y ese yo mismo que estoy conociendo”

Es importante destacar desde un principio, el riesgo que constituye para la comprensión de la historia de la cultura, insistir en la idea de periodización, en el sentido que existirían períodos generales de la humanidad, como si hubiera una unidad implícita en los momentos históricos denominados antigüedad clásica-edad media-modernidad, puesto que de hacerlo se cae en el obstáculo de transitar por explicaciones causales o formular una simultaneidad lógica, allí donde se halla únicamente una simultaneidad cronológica. La modernidad constituyó –y en cierto sentido lo sigue haciendo- un vértigo de acontecimientos del que emergen ciertas fechas, ciertos lugares, ciertos nombres propios, que se negaron a seguir pensando el sufrimiento y la injusticia como componentes de un universal sin historia, pero también de multitudes de anónimos que imaginaron otras existencias posibles, de los que intentaron echar raíces en territorios imposibles, de los que no podían acomodarse ni al mundo ni a sus limitaciones.

Se trata de abordar entonces, la multiplicidad de acontecimientos, corrientes de pensamiento, de lógicas de vida social y tecnológica, experiencias estéticas, poéticas y literarias, que afirman la potencia de interrogantes de los que aún resuenan sus ecos. La forma en que se estructura el imaginario social en la modernidad puede esquematizarse como sigue:

-Modo de producción: capitalismo mercantilista
-Tipo de producción: concentración económica para la producción y la propiedad
-Constitución de contrato social: sujeto jurídico
-Formas de representación: autoridad política
-Nuevo actor social: proletariado
-Nuevo espacio social: fábrica
-Tecnología: máquinas (palancas, poleas, relojes)
-Lazo social: familia, escuela
-Modo de subjetivación: formación de ciudadanos
-Organización social: Estado
-Tecnología de la transmisión cultural: escritura
-Condiciones de producción del conocimiento, forma de apropiación y uso: teoría, disciplina científica (explicación, fundamentación, exposición sistemática, interpretación). Búsqueda de la verdad, la crítica, la objetividad y la universalidad. Conocimiento por sobre opinión. Racionalidad.

Estas características pueden ser pensadas como prácticas y relaciones sociales necesarias para el desenvolvimiento del capitalismo. Tomando ciertos análisis del sociólogo Weber, puede pensarse a la modernidad en términos de la consecuencia de un proceso de racionalización, a través del cual el mundo social se reorganiza bajo el dominio del ascetismo, la secularización y las reivindicaciones universalistas de un racionalismo crecientemente instrumental. En palabras del comunicólogo Morley: “la modernidad es el núcleo para la conquista, la regulación imperial de la tierra, la disciplina del alma, la creación de la verdad y la conquista de la naturaleza para el hombre”.

Pueden observarse dos tendencias que distinguen y que caracterizan a este proyecto: la búsqueda de control y dominio sobre la realidad y la búsqueda de desarrollo autónomo del sujeto. Las características señaladas más arriba permiten afirmar que el ideal de control y dominio se relacionan en forma estrecha con la dimensión económica, y que las dimensiones del saber, la organización social, política y cultural, posibilitan o se constituyen en obstáculo, según los momentos o fases que constituyen este ideario. Pero es necesario observar que estas dos tendencias, lejos de desarrollarse articuladamente, fueron produciendo una tensión creciente en torno al proyecto. Según palabras del filósofo Heler: “si el control y el dominio logran una gran efectivización en la sociedad, es también durante su vigencia que se dan las mayores manifestaciones de oposición y rebelión en nombre de la libertad individual”.

Algunos autores han dividido a la modernidad en tres fases: la primera, que se extiende desde comienzos del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII; la segunda se inicia con la Revolución Francesa y sus repercusiones; y la tercera con el advenimiento del siglo XX, donde la modernidad se expande abarcando el mundo entero. Desde esta perspectiva, esta tercera fase encontraría una edad –la moderna- que habría de perder el contacto con las raíces de su propia modernidad.
Castoriadis en tanto, plantea que si se analiza la modernidad relacionándola con la significación y el proyecto de autonomía –que considera es social e individual- se pueden distinguir tres períodos: la emergencia o constitución de occidente, del siglo XII a principios del siglo XVIII; la época crítica, moderna propiamente dicha, desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX y  lo que denomina la retirada al “conformismo”, signada por las dos guerras mundiales, la emergencia de los totalitarismos, la decadencia del mito del Progreso y el nacimiento de los movimientos sociales expresión de las “minorías”.

Las fases de la modernidad pueden resultar útiles en tanto permitan explicar una profunda y diversa transformación del sujeto moderno: desde la instauración de la idea de la conciencia individual como origen del significado (el cogito ergo sum cartesiano) hasta la descentralización del sujeto, producto de las formulaciones no sólo de Marx y Freud, sino también del semiólogo Saussure, quienes plantearon que la formulación de los pensamientos son estructurados de forma inconsciente por normas y conceptos del lenguaje y la cultura, en la cual los sujetos se socializan. (cf. Bleichmar, S. y Fernández, A. en unidad 2)

Resulta claro entonces, que la idea de razón universal campea todo el escenario de la modernidad, es decir, la reflexión del sujeto a través de la razón, este pensar por sí mismo señalado en el párrafo anterior. El filósofo  Kant es taxativo al respecto: “la ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Sapere aude (atrévete a saber): ten el valor de servirte de tu propia razón, he aquí el lema de la ilustración”. Cabe señalar que ilustración debe entenderse como un práctica del sujeto como portador de razón, es decir, una búsqueda en sí de la verdad y de esa misma dinámica de pensar en todo instante por sí mismo, de un interrogarse del sujeto donde la razón se erige como juez de la verdad. (cf. Kant, I. “¿Qué es la Ilustración?”, y Foucault, M. “¿Qué es la Ilustración?”, en bibliografía de la unidad 4)

A partir del siglo XVIII, el desarrollo del sujeto queda ordenado y justificado por esta idea de razón, en consonancia con el contexto social general caracterizado por las luchas políticas y el crecimiento económico. La idea de sujeto que converge remarca la autonomía de éste y al mismo tiempo, los límites y posibilidades de su desarrollo: la razón controla sus prácticas y discursos. En otros términos: “conocer, ordinariamente, es estar de vuelta de algo; conocer, absolutamente, es estar de vuelta de todo. La iluminación representa un paso más: consiste en la certeza de que en adelante no se volverá a ser víctima del engaño, es una última mirada sobre la ilusión” (Cioran, 1987), lo que constituye una concepción de totalización centrada en el sujeto, cuya categoría nuclear, además de la razón, es el progreso.


La crítica de la modernidad


La ilustración retorna a la mitología, a la
que en realidad, nunca supo cómo eludir.
Adorno y Horkheimer


En forma creciente, el mundo “positivo” de la ciencia y la tecnología, la supremacía de la razón instrumental (3) puesta al servicio del poder por sobre la razón crítica (4) produce la vivencia de pérdida del sentido de la realidad y el cese de una participación activa del hombre en una unidad de sentido. Se llega a lograr el poder sobre lo real no sólo a costa de su pérdida, sino convirtiendo al hombre en objeto de dominio. Al quebrantarse el poder contradictorio de la razón, la realidad se desarrolla según su propia “ley positiva” manifestando su fuerza represiva.

El filósofo Adorno plantea que Auschwitz demostró irrefutablemente el fracaso de la cultura occidental moderna: “el hecho de que los campos de concentración hayan podido ocurrir en medio de una tradición filosófica, artística y científico-ilustrada, no encierra otro contenido más que el hecho de que el espíritu no llega a encarnar en los hombres y cambiarlos. En esos santuarios del espíritu, en la pretensión enfática de su autarquía es precisamente donde radica la mentira. Toda la cultura después de Auschwitz, junto con la crítica contra ella, es basura” (Adorno, 1975)

El quiebre de la modernidad, para diferentes autores, estaría planteado en los siguientes términos: desde la óptica del sociólogo Berman, “la gloria de la energía y el dinamismo modernos, los estragos de la desintegración y el nihilismo modernos, la extraña intimidad entre ellos; la sensación de estar atrapado en una vorágine en la que todos los hechos y valores se arremolinan, explotan, se descomponen, se recombinan; la incertidumbre básica sobre lo que es fundamental, lo que es valioso, hasta lo que es real; el estallido de las esperanzas más radicales en medio de sus radicales negaciones” (Berman, 1988)

En términos de Debray: “los nuevos signos e insignias del poder no traducen un simple cambio en la simbólica sino en la función y la naturaleza del Estado. Esta ruptura en nuestro régimen de representación modifica nuestros cuerpos, nuestras almas y el orden del mundo”. La modernidad, que pudo inventarse de una manera original e inédita, que produjo un proceso de transformación general de las conciencias y las estructuras de las sociedades, también desplegó enormes riquezas y con ellas desigualdades también desmesuradas. El desarrollo tecno-científico por su parte, trajo aparejado un profundo desequilibrio en los entornos ambientales. “Lejos de alcanzar los ideales del siglo XVIII de libertad, igualdad, democracia y armonía social, está creando las condiciones para nuevas formas de barbarie, de destructividad, para nuevos mecanismos intrínsecos a la sociedad, generadores de una violencia cada vez más creciente”, afirma Forster.

Las grandes metateorías de la modernidad, esto es, las creencias en la racionalidad, la ciencia y los proyectos tecnológicos -todos ellos causas para la emancipación y el progreso humano- han sido analizadas como creencias que funcionaron a la manera de ideologías, legitimando hechos que negaron estos mismos principios (puede pensarse en las guerras mundiales, el ejemplo citado de los campos de concentración, el racismo y las armas nucleares, por mencionar los hechos salientes del siglo pasado). Ya hacia fines de la década del 60, el filósofo Marcuse alertaba que con la creciente concentración y efectividad de los controles económicos, políticos y culturales “la oposición en todos estos campos se pacifica, se integra o se liquida”. Cuando la razón se identifica con la realidad “lo que es actual es razonable, aunque lo razonable no se ha hecho aún actual”. (Marcuse, 1967)

Es en este sentido que Weber afirma la existencia de una creciente racionalización burocrática de la sociedad como un “proceso de desencantamiento del mundo”. La naturaleza se ha ido transformando en un mero objeto de conocimiento o uso, que se profana en nombre del progreso, convirtiéndola en una estructura cuantificada.

Aparece como necesario entonces, volver a enfrentarse a las nuevas certezas instauradas: “todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de haber podido osificarse. Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas”, consideró el filósofo K. Marx.

La ilustración como “el sueño de la razón que engendra monstruos” cae al no poder liberar al sujeto en forma definitiva de un pensamiento irracional, que se instauró como una lógica sustitutiva de ésta.


Posmodernidad

Según Morley (1998), la escena contemporánea ha sido considerada de modos diversos, en tanto:
- un período de vida social que posfecha algo llamado modernidad;
- una forma de sensibilidad cultural, característica de este período;
- un estilo estético, expresivo de la actitud vital del período;
- un modo de pensar particularmente apropiado para analizar el período.

Para Jameson se trata de una lógica cultural del capitalismo tardío, en tanto que otros autores se refieren a la sociedad posindustrial, o a la sociedad de la información. Se puede abrir entonces un espacio de análisis de la posmodernidad en términos de un “escenario cultural actual”, un nuevo tipo de experiencia cultural, caracterizando ciertas notas que hablarían de un nuevo constituyente, otro imaginario cultural que se emplaza, a la manera de lo tratado en el apartado “El proyecto moderno”:

-Modo de producción: poscapitalismo o capitalismo tardío
-Tipo de producción: de superproducción para el establecimiento de servicios, cotización de acciones y productos
-Constitución de Contrato social: sujeto disperso
-Formas de representación: autoridad mediática
-Nuevo actor social: consumidor
-Nuevo espacio social: empresa
-Máquinas: informática, computadores, bytes
-Lazo social: medios masivos de comunicación
-Modo de subjetivación: constitución de consumidores
-Organización social: mercado globalizado
-Tecnología de la transmisión cultural: soportes audiovisuales digitales e informáticos
-Condiciones de producción del conocimiento, forma de apropiación y uso: búsqueda de la verosimilitud, eficacia y comunicación. Discursividades plurales. Modelización operacional. Simulación.

A partir de lo planteado en el apartado anterior, algunos autores (como Ignatieff y Debord) plantean que se pueden establecer los siguientes deslizamientos:
-de la educación a la seducción
-de la narración al flujo
-de la secuencia a la aleatoriedad
-de la realidad a la representación-espectáculo, como lógica cultural del capitalismo tardío

Esta nueva lógica acentúa en parte efectos anteriores, que pueden ser denominados como de transnacionalización, entendido como un desprendimiento de organismos y empresas con sede exclusiva en una nación: se produce una independencia creciente respecto de estados y poblaciones, proceso que se satura en otro, la globalización, entendida como una fuerte intensificación de las dependencias recíprocras y un crecimiento y aceleración de las redes económicas y culturales de base mundial. Este efecto de desterritorialización  expresa el mercado mundial en sus formas y dinámicas expansivas: satélites, sistemas de información, manufactura y procesamiento de bienes electrónicamente y servicios distribuidos en todo el planeta, entre otros fenómenos.

Hebdige plantea considerar a la posmodernidad como articulada en base a tres negaciones de la modernidad: el rechazo a la totalización, a la teleología y a la utopía. En relación a la primera negación, se refiere a las aspiraciones generalizadoras de la Ilustración en cuanto a la definición de una naturaleza humana fundamental, un destino determinado de la historia y la determinación de la existencia de metas colectivas. En cuanto a la teleología, el rechazo a la idea de los orígenes y las causas de los acontecimientos humanos como determinados, en términos de causas ocultas, como las explicaciones del marxismo, el psicoanálisis o el estructuralismo. Por último, la tercera negación se refiere a aquellas ideas o modelos sostenidos por una utopía, que invalidaría por ineficiente a toda sociedad ¨real¨.

La desmaterialización tecnológica, que sustituye a los objetos en su propio cuerpo, impone a la imagen como nueva realidad. Asistimos a la desmaterialización de la realidad y a su vez,  a un nuevo dispositivo de lo real: su virtualidad como modo de existencia. Casoratti afirma que el ejercicio de nuestro panorama visual depende totalmente de un complejo sistema de reproducción y manipulación tecnológica, por medio del cual sólo se perciben imágenes. (cf. Levy, P. en unidad 1)
Esta idea de dispersión o de disolución de la idea de sujeto, en términos de una destotalización de la razón universal, no produce sino una equivalencia general de las diferencias, que se opone a las concepciones más arraigadas de conceptuar a la posmodernidad como sinónimo de la idea de “multiplicidad” o “diversidad”.

En definitiva, el surgimiento y análisis de la posmodernidad pueden entenderse, desde la perspectiva de Morley, como “un conjunto de teorías sobre la experiencia del posmodernismo en las sociedades capitalistas avanzadas del mundo occidental, más que como una teoría global de la experiencia social universal”. Este autor sostiene que este nuevo escenario cultural se desarrolló “en determinados lugares, mientras que otros tipos de tiempo (preindustrial o incluso moderno) siguen siendo la experiencia predominante en muchos otros lugares”. (Morley, ob.cit.)

Por último, en el siguiente cuadro pueden confrontarse los ejes que organizan a la modernidad y la posmodernidad y sus diferentes lógicas, tal como ya han sido analizadas:

MODERNIDAD / POSMODERNIDAD

Modo de producción
capitalismo mercantilista /
poscapitalismo o capitalismo tardío

Tipo de producción
concentración económica para la producción y la propiedad /
superproducción para el establecimiento de servicios, cotización de acciones y productos

Constitución de contrato social
sujeto jurídico /
sujeto disperso

Formas de representación
autoridad política /
autoridad mediática

Nuevo actor social
proletariado /
consumidor

Nuevo espacio social
fábrica /
empresa

Tecnología
máquinas (palancas, poleas, relojes) /
informática, computadores, bytes

Lazo social
familia, escuela /
medios masivos de comunicación

Modo de subjetivación
formación de ciudadanos /
constitución de consumidores

Organización social
Estado /
mercado globalizado

Tecnología de la transmisión cultural
escritura /
Soportes audiovisuales digitales e informáticos

Condiciones de producción del conocimiento, forma de apropiación y uso
teoría, disciplina científica (explicación, fundamentación, exposición sistemática, interpretación). Búsqueda de la verdad,
la crítica, la objetividad y la universalidad. Conocimiento por sobre opinión. Racionalidad.
búsqueda de la verosimilitud,
eficacia y comunicación. /
Discursividades plurales. Modelización operacional. Simulación.

Notas

(1) El presente artículo constituye un instrumento orientador para enmarcar algunos de los problemas que serán abordados en las unidades I, II y IV. Se indican entre paréntesis las bibliografías de la materia relacionadas con los distintos aspectos de las problemáticas que se plantean a continuación.
(2) La noción de imaginario social aparece como fuertemente explicativa a la hora de caracterizar un marco epocal: “este elemento que da a la funcionalidad de cada sistema institucional su orientación específica, que sobredetermina la elección y las conexiones de las redes simbólicas, creación de cada época histórica, su manera singular de vivir, de ver y hacer su propia existencia, su mundo y sus propias relaciones; este estructurante originario, este significado-significante central, fuente de lo que se da cada vez como sentido indiscutible e indiscutido, soporte de las articulaciones y de las distinciones de lo que importa y de lo que no importa, origen del exceso de ser de los objetos de inversión práctica, afectiva e intelectual, individuales y colectivos, este elemento no es otra cosa que lo imaginario de la sociedad o de la época considerada”.
(3) Horkheimer plantea que la razón instrumental se articula en relación a la díada medios-fines, con la adecuación de modos de procedimiento a fines que son aceptados y que presuntamente se sobreentienden. Es el poder quien instaura los actos razonables, entendiendo a esta razón como incapacitada de pensar los fines, en una dinámica de simple funcionalismo.
(4) Se hace aquí referencia al poder de negatividad de la razón, la posibilidad de un yo pienso que pueda negar críticamente el mundo y los dispositivos de poder que lo controlan: la denuncia de la aspiración al dominio de la naturaleza en nombre del control científico y técnico que degenera en sometimiento del sujeto, reducido a objeto a merced de la ley del intercambio. La razón es por definición contradicción, oposición, negación en tanto que la libertad no ha sido llevada a cabo.


Bibliografía citada

Adorno, Theodor. Dialéctica negativa, 1975, Ed. Taurus.
Berman, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire, 1988, Ed. Siglo XXI
Castoriadis, Cornelius. El mundo fragmentado, 1993, Ed. Altamira.
Casullo, Nicolás; Forster, Ricardo; Kaufman, Alejandro. Itinerarios de la modernidad, 1999, EUDEBA.
Cioran, Emile. Ese maldito yo, 1987, Ed. Tusquets.
Heler, Mario. La posmodernidad o una interpretación falaz, 1988, Ed. Biblos.
Horkheimer, Max; Adorno, Theodor. Dialéctica del Iluminismo, 1987, Ed. Sudamericana.
Kant, Immanuel. Filosofía de la historia, 1978, FCE
Marcuse, Herbert. Razón y Revolución, 1967, Instituto de Estudios Políticos, Universidad Central de Venezuela.
Morley, David. El posmodernismo: una guía básica, en: Estudios culturales y comunicación, 1998, Paidós.


PROGRAMA PSICOLOGIA Y COMUNICACION


UNIVERSIDAD DEL CINE
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
ASIGNATURA: PSICOLOGIA Y COMUNICACION
AÑO: 2014 - Primer cuatrimestre
PROFESOR TITULAR: OSCAR AMAYA
JEFES DE TRABAJOS PRACTICOS: GABRIEL ESTEVEZ - PATRICIO GRINBERG

1. Objetivos

1.1. Objetivos generales

·        Que los estudiantes estén en condiciones de reconocer distintas concepciones teóricas en la articulación de psicología y comunicación en el marco de un paradigma de la complejidad.
·        Que los estudiantes puedan interpelar la subjetividad contemporánea y sus formaciones discursivas a partir de diferentes supuestos analíticos y hermenéuticos.
·        Que los estudiantes puedan asumir su propio aprendizaje universitario como una búsqueda activa del conocimiento que los oriente en una posición crítica frente al saber heredado y a la realidad contemporánea.

1.2. Objetivos específicos

·        Que los estudiantes adquieran instrumentos de comprensión de las especificidades de la subjetividad contemporánea
·        Que los estudiantes aprendan a articular modelos psicológicos con teorías y prácticas comunicacionales
·        Que los estudiantes puedan comprender los lenguajes como instrumentos de mediación y creación de sentido social
·        Que los estudiantes puedan interpelar sus saberes previos en temas de comunicación desde supuestos psicológicos


Fundamentos

Vivimos en tiempos de mutaciones profundas, de hondas inestabilidades, de quiebre de certidumbres. Tiempos atravesados por agudas transformaciones políticas, sociales y culturales que configuran nuevas formas de subjetividad, así como por el vertiginoso avance de las tecnologías de la comunicación y la información. Desde la asignatura “Psicología y Comunicación” se intenta reflexionar acerca de estos fenómenos, insertos en una realidad compleja y particular. Compleja porque así lo es el período que atraviesa la Argentina y el continente latinoamericano. Particular porque nos encuentra en un contexto crítico, el de la formación universitaria, un ámbito que no es ajeno a las mutaciones y estatutos del saber, el conocimiento y sus aplicaciones, fenómenos habitados por las incertidumbres que caracterizan a un escenario que desde el siglo XIX se erigió como la vanguardia de la producción y transmisión de los conocimientos. Hoy, esta tradición -en buena medida- ha dejado paso a otras instancias en la cultura, que siguen adquiriendo protagonismo: las manifestaciones artísticas, las diversas industrias culturales, y entre ellas, los medios masivos de comunicación.

La crisis en los saberes constituidos trajo aparejada una necesaria resignificación de los supuestos teóricos trabajosamente construidos, que en las ciencias humanas, impactó fuertemente tanto en el corpus psicológico como en el de las ciencias de la comunicación. Es por esto que esta asignatura se aboca a estudiar las problemáticas más relevantes en lo que hace al cruce entre una disciplina –la Psicología- y un fenómeno definitorio de la cultura –la comunicación-. La pregunta por la constitución subjetiva nos dirige hacia ciertas reflexiones que nos acercan tanto al psicoanálisis, la semiótica y al análisis del discurso como a la psicología cultural y las psicologías constructivistas, a fin de indagar las mutaciones que configuran la subjetividad contemporánea, para así poder de comprender, entre otras dimensiones, una que particularmente se abordará en esta asignatura: la creación estética.

Por otra parte, y lejos de relevar teorías psicológicas y modelos comunicacionales, el escenario actual nos interpela a indagar los supuestos psicológicos subyacentes en estos modelos, que a lo largo del siglo XX se han ido forjando en sucesivos intentos por comprender los hechos y procesos de la comunicación humana, un objeto de conocimiento en mutación permanente.

Se hace necesario advertir que el desarrollo tecnológico en esta área adquirió una velocidad desconocida hasta hace tan sólo 15 años. Esta revuelta tecnológica hace que los medios de difusión masiva hayan ido adquiriendo una importancia y una presencia fundamental en la escena cultural contemporánea.

Durante el siglo XX, las décadas de los '40 y '50 estuvieron signadas -en algunos países- por el descubrimiento de los fenómenos masivos y el encandilamiento que provocaba suponer a los medios como poseedores de una auténtica omnipotencia. Los años '60 y '70, por el contrario, despertaron una vocación crítica e impugnadora característica y correlativa de un momento en el que estas actitudes estaban al servicio de creencias en futuras transformaciones sociales que se anunciaban como inminentes e irreversibles. La influencia de posturas teóricas que, en algunos casos, eran anteriores a estos años, afloraron con toda fogosidad en ese lapso. Las utopías no tardaron en esfumarse tanto en Europa, por una acentuada crítica a la modernidad, como en Latinoamérica, por las mordazas impuestas por las dictaduras. Los últimos decenios del siglo XX fueron marcados por posiciones más distantes, que reconocieron la importancia de los fenómenos masivos y tecnológicos, los condicionamientos e incluso las manipulaciones que provocan -sobre todo en países de fuertes contrastes sociales como los latinoamericanos- pero que al mismo tiempo son estudiados en su misma condición, y a partir del reconocimiento de la legitimidad e incluso del placer que provoca su existencia. 

En el campo de la psicología, es interesante observar las transformaciones sufridas al interior de esta disciplina, a partir de la reformulación de supuestos teóricos y metodológicos a la hora de abordar su objeto: el psiquismo humano. Los albores de la psicología configuraron  una disciplina “laboratorista”, ocupada por cuantificar un fenómeno de carácter cualitativo, aislando al sujeto de su contexto para abordar “capacidades” y “funciones” psicológicas, caracterizando al psiquismo como pensamiento conciente. Trabajosamente, este paradigma fue cediendo frente a la interpelación del fenómeno psíquico, que no puede ser abordado fuera de su contexto emergente e intrincado, por ende, al fenómeno histórico de la cultura, en un abordaje cuya implicancia configura de otra forma al objeto de conocimiento: la producción de subjetividad, es decir, aquellos aspectos que hacen a la construcción social del sujeto, en términos de producción y reproducción ideológica y de articulación con las variables sociales que lo inscriben en un tiempo y espacio particulares desde el punto de vista de la historia política.

Este conjunto de problemáticas se han articulado en cinco unidades temáticas, a partir de las cuales se desplegarán los interrogantes cruciales existentes en el cruce problemático entre psicología y comunicación.


2.      Contenidos


Unidad 1. El problema de la relación entre comunicación y psicología: una caracterización posible

La especificidad del proceso de humanización: de la biología a la psicología. La significación como construcción cultural.
La comunicación humana. La comunicación a través de los medios masivos. Las industrias culturales de la comunicación. Interpelación desde los supuestos psicológicos.

Unidad 2. El problema del sujeto. Del psiquismo a la subjetividad

La pregunta del sujeto sobre sí mismo. La conciencia en un sujeto escindido. La subjetividad y el pensamiento sin sujeto: lo inconsciente.
La cultura como condición fundante de la subjetivación. Procesos históricos de advenimiento del sujeto psicológico.
La subjetividad contemporánea como caída del sujeto cartesiano. El imaginario social y la imaginación radical.

Unidad 3.  El problema de la percepción. De la visión a la mirada

El supuesto de la percepción directa en el modelo comunicacional de la “aguja hipodérmica”.
El debate acerca de la percepción en psicología: la Gestalt y su teoría de la forma, la perspectiva constructivista.
La construcción de la mirada. Cultura y percepción. Las perspectivas constructivistas y contextualistas.


Unidad 4. El problema del pensamiento. De la recepción a la interpretación.

Los procesos de autoteorización. La reflexión como generadora de conocimiento. Distinción en el pensar entre estructura y acontecimiento.
Los estudios culturales de la recepción y la “Psicología cultural”. El concepto de “mente distribuida”.
Las comunidades de práctica en psicología y las audiencias diferenciales y comunidades interpretativas en comunicación.

Unidad 5. El problema de la creación artística. De la reproducción a la creación.

La emergencia del acto creativo y sus componentes psicológicos.
La libido y los destinos de la sublimación. Las relaciones entre la obra de arte y su creador. La perspectiva psicoanalítica.
La invención de novedad en los procesos de interiorización cultural. La perspectiva socio histórica.

3.   Sistema de trabajos prácticos
3.1. Clases teóricas
Las clases teóricas tienen la intención de presentar y discutir sistemáticamente algunas de los problemas cruciales que se han formulado entre la psicología y la comunicación que se presentan en las unidades. El programa presentado no pretende agotar el amplio campo de los estudios realizados entre estos fenómenos, sino se han seleccionado aquellos que parecen más pertinentes para abordar un panorama de las problemáticas centrales que nos ocupan.
3.2. Trabajos prácticos
Los trabajos prácticos pretenden  constituirse en un espacio de interpretación y producción intelectual. Esto es, el análisis y la elaboración, a partir de la lectura previa del material bibliográfico correspondiente, de los problemas abordados en cada una de las unidades.
Sin embargo, clases teóricas y trabajos prácticos no constituyen compartimentos estancos. Antes bien, deben entenderse como instancias dialécticas en el devenir de la producción e interpretación intelectuales de las problemáticas planteadas por esta cátedra

4. Sistema de evaluación

Asumir la necesidad de afrontar los numerosos obstáculos que constituye la conformación de las tareas académicas de los estudiantes universitarios, implica necesariamente situar la centralidad de los procesos de interpretación de textos bibliográficos en sus diversos géneros y formatos en el proceso de transmisión y producción del conocimiento involucrado en cada una de las unidades temáticas. La evaluación de estos procesos implica la asunción de instrumentos adecuados a éstos, y no un instrumental que mida estados o supuestas habilidades para desempeñarse en contextos de examen individual. Es por ello que se han diseñado instrumentos que se pretenden como intervenciones pedagógicas en cuestiones que se relacionan con la clarificación de conceptos, la reorientación de los procesos de interpretación y el tratamiento de dudas originadas en la comprensión de consignas de trabajo o en procedimientos de lectura y escritura específicos.

Esto implica que el estudiante deberá seleccionar bibliografías y filmografías de cada unidad, a fin de elaborar análisis interpretativos a la luz de los desarrollos y discusiones llevadas a cabo en los espacios teórico-prácticos.

4.1. Exámenes parciales

Asimismo, y en fecha a determinar, el estudiante producirá un trabajo escrito en clase, consistente en dilucidar las preguntas que los profesores suministren, correspondientes a las unidades programáticas desarrolladas hasta ese momento, en donde para responderlas podrá consultar la bibliografía que crea pertinente, no con fines de transcribirla, sino para construir una respuesta personal que afronte los interrogantes propuestos.

El propósito de este trabajo escrito es que a partir de algunos saberes  e investigaciones ya aceptados como relevantes, expuestos de modo explícito (sin supuestos, es decir, sin necesidad de recurrir a los textos que se exponen y explican), jerarquizados y ordenados mediante procesos de razonamiento por parte del estudiante, éste llegue a determinadas conclusiones que constituyan nuevos saberes. Estos procesos requerirán orden, progresión y exhaustividad en las ideas y argumentos, a fin de que las conclusiones sean racionalmente aceptables.
Este trabajo, entonces, pretende reconstruir elementos que ya han sido objeto de análisis, a fin de valorarlos y evaluarlos. Se requiere para ello de la elaboración de inferencias y juicios sobre lo expuesto, a fin de ser presentados ahora en la consideración de un fragmento de discurso, estableciendo una puesta en relación, que posea el carácter de actividad interpretativa, poniendo en evidencia la capacidad de comprensión y síntesis alcanzada por el estudiante.
Hacia el final del cuatrimestre, también en fecha a determinar, el estudiante deberá presentar, a modo de pre-proyecto para el examen final, un recorte de una unidad temática elegida por él, a fin de problematizar las cuestiones abordadas durante el cuatrimestre respecto de esa unidad del programa de estudios.
4.2. El estudiante obtendrá la condición de regularidad de la materia aprobando al menos con 4 (cuatro) puntos el parcial, aprobando el 75% de los trabajos prácticos y alcanzando el 75% de asistencia. En caso de no aprobar algunas de las instancias evaluativas, tendrá derecho a dos fechas de examen recuperatorio luego de finalizado el cuatrimestre y en el cuatrimestre siguiente (consultar calendario académico)
4.3. Examen final
En esta instancia, el estudiante desarrollará en forma oral, el producto llevado a cabo en el examen parcial, en primer término, y luego las unidades temáticas desarrolladas en la segunda parte del cuatrimestre, relacionando bibliografía y filmografía con las discusiones y análisis producidos en clases, e interpretaciones llevadas a cado por estudiante en el proceso de preparación de esta instancia evaluativa. En esta segunda fase, el estudiante deberá presentar un recorte de una unidad temática elegida por él, a fin de problematizar las cuestiones abordadas durante el cuatrimestre, para luego ser indagado en las unidades restantes.

Dirección electrónica
La cátedra cuenta con una página blog para comunicaciones de contenidos con el propósito de ser consultada por los cursantes a lo largo del trabajo con las cinco unidades:


5.      Bibliografía

UNIDAD 1

Bibliografía obligatoria

AMAYA, O. (2006) Mutaciones en el escenario cultural contemporáneo: cuestiones previas para comprender sus implicancias en los procesos de subjetivación. Publicación de cátedra.
AMAYA, O. (2005) Puntuaciones en torno a “La tecnologías de la inteligencia” de Pierre Levy. Publicación de cátedra.
BODEI, R. (2006) “El archipiélago de los yoes” en: Destinos personales. La era de la colonización de la conciencias.
BRUNER, J. (2000) Actos de Significado. Más allá de la revolución cognitiva. Cap.1 “El estudio apropiado del hombre” Cap. 2 “La psicología popular como instrumento de la cultura”. Madrid, Alianza Editorial.
COLE, M. (1999) Psicología cultural. Cap. 1 “Preguntas y controversias duraderas” 1era. ed. Madrid, Morata
LEVY, P. (2000) Las tecnologías de la inteligencia. 1era. ed. Buenos Aires, Edicial.

Bibliografía ampliatoria

LACASA, P. (2001) “Cultura y Desarrollo” en P. Herranz (ed.). Desarrollo Social. Unidades Didácticas. Madrid: UNED
MASTRINI, G. y RUBINOVICH, G. (2000) Introducción a las teorías de la Comunicación, cartilla n°1. Secretaría de educación. GCBA.

UNIDAD 2 

Bibliografía obligatoria

AMAYA, O. (2004) La noción de inteligencia como obstáculo para una comprensión de la subjetividad en la cultura. Un punto de vista psicológico. Publicación de cátedra.
AMAYA, O. (2005) Pensar lo que se hace, saber lo que se piensa: una introducción a la obra de Cornelius Castoriadis (1922-1997). Publicación de cátedra.
AMAYA, O. (2008) “Bourdieu y la eficacia simbólica del lenguaje: una crítica a la concepción lingüística”. Publicación de cátedra.
BLEICHMAR, S. (1999) “Entre la producción de subjetividad y la constitución del psiquismo” en Revista del Ateneo Psicoanalítico  N°2. Buenos Aires.
BOURDIEU, P. (1990) “Algunas propiedades de los campos” en Sociología y cultura. Grijalbo, México.
CASTORIADIS, C. (1990) “Poder, política, autonomía” en Ferrer, C. (1991) Una filosofía de la protesta humana.
FERNÁNDEZ, A. (1997) “Notas para la constitución de un campo de problemas de la subjetividad” en: Revista del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología. Año 2, nro. 3. Buenos Aires, UBA.
FRANCO, Y. (2005) “Cine, psicoanálisis e insignificancia”. En: Actualidad Psicológica, año XXX, nro. 327. Buenos Aires.
FREUD, S. (1974) Algunas lecciones elementales de psicoanálisis. Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, tomo IX
PERCIA, M. (2002) Una subjetividad que se inventa. Diálogo, demora, recepción. 1era. ed. Buenos Aires. Lugar editorial

Bibliografía ampliatoria

CERDA, L. (2003) Las máscaras del sujeto. Publicación de la Facultad de Ciencias Sociales, UNLZ.
ENRIQUEZ, E. (1993) “El sujeto humano: de la clausura identitaria a la apertura del mundo” en R. Dorey y otros El inconciente y la ciencia. Bs. As. Amorrortu.

UNIDAD 3

Bibliografía obligatoria

AMAYA, O. (2005) La mirada. Elementos para analizar una dimensión constructiva. Publicación de cátedra.
AMAYA, O. (2005) El régimen icónico de los formatos discursivos dominantes en la reorganización de los procesos cognitivos: análisis de casos. Publicación de cátedra.
AMAYA, O. (2008) Puntuaciones en torno a “Historia de la percepción burguesa” de Donald Lowe. Publicación de cátedra.
BAUDELAIRE, Ch. (1961) Spleen de París  “Los ojos de los pobres”. Aguilar, México
BENJAMIN, W. (1967) Algunos temas en Baudelaire" en: Ensayos escogidos. Versión de H. Murena, Ed. Sur.
CRARY, J. (1986) “La modernidad y la cuestión del observador” en Revista Artefacto, N°1.Bs. As. CBC- Eudeba
JAY, M. (1986) “La crisis del antiguo régimen escópico” en Revista Artefacto, N°1. Bs. As. CBC- Eudeba
JAY, M. (2003) Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Cap. 9 “Regímenes escópicos de la modernidad” 1era. ed. Buenos Aires, Paidós.
LEWIN, K.  (1978) La teoría del campo en la ciencia social. 1era. ed. Buenos Aires, Paidós.
LOWE, D. (1986) Historia de la percepción burguesa. Cap. VI “De la Linealidad a la multiperspectividad” 1era. ed. FCE, Buenos Aires
PIAGET, J. (1978) Psicología del niño, cap. 2 “El desarrollo de las percepciones”.8°edición. Madrid, Morata.

Bibliografía ampliatoria

DIDI-HUBERMAN, G. (1997) Lo que vemos, lo que nos mira. 1era. ed. Buenos Aires, Manantial.
HILL, W. (1976) Teorías contemporáneas del aprendizaje Cap.4 “Interpretaciones cognitivas del aprendizaje”. Bs. As. Paidós.
ONG, W. (1993) Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, FCE, Buenos Aires.
PIAGET, J. (1981) Psicología de la Inteligencia Cap.3 “La inteligencia y la percepción”. Buenos Aires, Ed. Psiqué
WOLF, M. (1994) Los efectos sociales de los media. 1era. ed. Buenos Aires, Paidós.


UNIDAD 4
Bibliografía obligatoria

AGAMBEN, G. (1995) Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental
AMAYA, O. (2009) Los lugares sociales de la infancia. Publicación de cátedra
AMAYA, O. (2005) Acerca del preguntar y del preguntarse. Publicación de cátedra.
AMAYA. O. (2005) De la necesaria distinción entre conocimiento y pensamiento. Publicación de cátedra.
BATAILLE, G (1981) “La experiencia interior”, en El Aleluya y otros textos, Alianza ed.
BENJAMIN, W. (1995) “La obra de arte en la era de la reproducción técnica”, en Discursos Interrumpidos,Taurus, Buenos Aires.
BENJAMIN, W. (1967) “Algunos temas en Baudelaire”, en Ensayos escogidos, Sur, Buenos Aires
DEL BARCO, O. (1994) "La mística en Nietzsche" y "Entrevista sobre Nietszche" en: “El abandono de las palabras”, Tantalia, ed.
FOUCAULT, M. (1999) "¿Qué es la Ilustración?" Versión de S. Mattoni, Ed. Alción.
FOUCAULT, M. (1972) El pensamiento del afuera. Ed. Pre-textos
HEIDEGGER, M. (2001) “¿Qué  quiere decir pensar?”en Conferencias y artículos  Barcelona, Eds. del Serbal.
KANT, I. ¿Qué es la ilustración?
LEWKOWICZ, I. (2004) “¿Existe el pensamiento infantil?” en  Corea, C.; Lewkowicz, I. Pedagogía del aburrido Buenos Aires, Paidós.
SALOMON, G. (2001) Cogniciones distribuidas. Buenos Aires, Amorrortu eds.

Bibliografía ampliatoria
CARROLL, L. (2009) Alimentar la mente. Madrid, Gañir editorial.
LACASA, P. (2000) “Entorno familiar y educación escolar: la intersección de dos escenarios edu­ca­­tivos” en Coll, A. Marchesi y J. Palacios (Eds.) Psicología de la Educación Escolar. Madrid: Alianza
NAKACHE, D. (2004) “El aprendizaje en las perspectivas contextualistas” en Elichiry (comp.) Aprendizajes escolares. Desarrollos en psicología educacional. Buenos Aires. Manantial.
WOLF, M. (1994) Los efectos sociales de los media. 1era. ed. Buenos Aires, Paidós.


UNIDAD 5
Bibliografía obligatoria

AMAYA, O. (2007) El papel de la creación artística y del juego en el desarrollo psicológico desde la perspectiva del historicismo-cultural de Lev Vigotski. Publicación de cátedra
AMAYA, O. (2004) Tableros, disfraces, títeres, autitos, muñecas: el sentido del jugar en el proceso creativo. Una mirada sobre la infancia del adulto. Publicación de cátedra
AUGE, M. (1999) “La vida como relato”. En BAYARDO, R; LACARRIEU, M. “La dinámica global/local” Buenos Aires, CICCUS.
BEUYS, J. (2005) "El pensamiento es forma" Extractos de un reportaje efectuado por Bernice Rose, versión de E. Stupía en Las Ranas, Año I, Nº 1,
CUMMINGS, E. (1976) Seis inconferencias  Buenos Aires, Ed. La Aurora.
FIORINI, H. (1995) El psiquismo creador. Buenos Aires, Paidós.
FREUD, S. (1974) El poeta y los sueños diurnos. Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, tomo IV
FREUD, S. (1974) Personajes psicopáticos en el teatro. Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, tomo IV
GRADOWCZYK, M. (2005) "Arte Abstracto (Hoy) = Fragilidad + Resilencia" CCEBA
VIGOTSKI, L.  (1998) “El problema de la psicología de la creatividad del actor” en El desarrollo cultural del niño y otros textos inéditos  Buenos Aires, Ed. Almagesto.
VIGOTSKY, L. (2000La imaginación y el arte en la infancia  Madrid, Ed. Akal     

Bibliografía ampliatoria

ARIEL, A. (1989) “La alegría no es la felicidad” en Seminario Arte y Psicoanálisis. Buenos Aires, Alianza Francesa.
FREUD, S. (1974) El “Moisés” de Miguel Angel.  Madrid, Ed. Biblioteca Nueva, tomo V
GARDNER, H. (1983) Arte, mente y cerebro  Barcelona, Ed. Paidós.
NANCY, J. (2006) La representación prohibida
PRESAS, M. (1987) “La magia del arte en el mundo desencantado”. En Revista Criterio. Buenos Aires, Nro. 1999/2000.
RANCIERE, J. (2005) El inconciente estético. 1era. ed. Buenos Aires, Del estante ed.
RODIN, A. (1977) Mi testamento Buenos Aires, Ed. Goncourt.
STANISLAVSKI, C. (1980) El trabajo del actor sobre sí mismo  Buenos Aires, Ed. Quetzal.
THOMAS, D. (1976) Manifiesto poético Buenos Aires, Eds. Nueva Caledonia.
VIGOTSKY, L. (1972) Psicología del arte  Barcelona, Ed. Barral.


6. Filmografía sugerida

Unidad 2. El problema del sujeto

Mi tío de América. Alain Resnais
Cuéntame tu vida. Alfred Hitchkock
Alice. Woody Allen
Secretos y mentiras. Woody Allen
Padre Padrone. Hnos. Taviani
Furtivos. José Borau
Vidas cruzadas (Crash). Paul Higgis

Unidad 3. El problema de la percepción

Doble de cuerpo. Brian de Palma
La mirada de los otros. Woody Allen
No desearás. Kristof  Kiesslowsky
La luz del membrillo. Pedro Olea
El juego de las lágrimas. Neil Jordan
El gusto de los otros. Agnes Jaoui

Unidad 4. El problema del pensamiento

El enigma de Kaspar Hauser. Werner Herzog
Stalker. La zona. Andrei Tarkovski
Frankestein. Kenneth Branagh 
Mentiras verdaderas. D. Shone Kirkpatrick
Los otros. Alejandro Amenábar
Los dioses deben estar locos. Jamie Uys

Unidad 5. El problema de la creación artística

Nijinsky. Herbert Ross
La otra cara del amor. Ken Russell
El mesías salvaje. Ken Russell
La historia de Adela H. Francois Truffaut
Henry y June. Philippe Kaufman
Pollock. Ed Harris
Goya. Carlos Saura
Caravaggio. Derek Jarman

Prof. Oscar D. Amaya
Marzo 2014